Projecto Laranja

NECESITO DROGARME O ALGO

Y ahora la muy puta me ataca. Ya está aquí otra vez: la náusea.

Llevo unos días sintiéndome mal sin saber exactamente por qué. He faltado a más clases de las que puedo acordarme y aunque tengo varios proyectos en marcha, siento que mi vida es totalmente desordenada. Pero ayer, hablando con G., una amiga "especial"; llegué a la conclusión de que he estado equivocado todo el tiempo con la gente de mi alrededor.

He llegado nuevo este año a Salamanca a hacer un segundo ciclo de periodismo y vivo en una residencia. Al principio todo iba de puta madre y yo ya empezaba a olvidarme de lo espantosos y repetitivos que somos los seres humanos. Pero al cabo de casi un año vuelvo a verlo en cada esquina, en mí mismo. Lo peor es que el proceso ha ido al revés y por tanto no tiene cura. Me explico:

normalmente, partimos de clichés y llegamos, si somos abiertos y tolerantes, al conocimiento de otras personas rompiendo esos clichés y dándonos cuenta de que a lo mejor hemos sido muy duros juzgando al prinicipio a tal o cual persona.

Pero aquí me ha pasado al revés. Hemos comenzado todos la hostia de abiertos y, al menos yo, huyendo de etiquetar a la gente de la residencia. Pero, ahora que los conozco más, resulta que los clichés se cumplen y la mayoría son unos pijos redomados, conservadores (algunos con 18 años!) y cagados de miedo por entablar una relación que profundice en uno mismo.

Así que necesito meditar tranquilamente, en silencio, aunque me falten las fragas y los bosques de mi Galiza natal.

Debo conseguir unas buenas setas, y a viajar. Necesito encontrarme otra vez.